El origen de la depresión
Normalmente siempre hemos escuchado decir frases como: “tiene una depresión, tiene que quitársela” o “tienes que salir de esa depresión”… Pues bien hoy os voy a contar otro punto de vista, el punto de vista biológico.
La depresión se describe como un trastorno psiquiátrico del estado de ánimo que puede ser transitorio o permanente y que se caracteriza por sentimientos de abatimiento, infelicidad, culpa y que pueden provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y acontecimientos de la vida diaria. En algunas ocasiones la depresión puede estar acompañada por trastornos de ansiedad. El término médico hace referencia a un conjunto de síntomas que afectan a la esfera afectiva: tristeza patológica, cambios de humor o irritabilidad que pueden afectar al trabajo o limitar la actividad diaria…
Hasta aquí una breve descripción tanto medica como psicológica; en ambos paradigmas se nos invitan a salir de la depresión, a arrancarla de nuestra vida como si fuera una mala hierba y en parte estoy de acuerdo con este punto de vista; Debemos salir de ella, pero no huir de ella.
¿Cuál es el sentido biológico de la depresión? ¿Qué utilidad tiene para la persona?
La propia palabra que etiqueta este síntoma ya nos da una pista de esa utilidad, de ese sentido biológico, “de-presión”. El sentido biológico, la intención del cuerpo es “bajar la presión”, la intensidad con la que vivimos los conflictos de nuestra vida, por eso el cuerpo “deprime” los sentidos, las sensaciones y el propio ritmo vital… y ¿Por qué? Pues porque la persona que vive un problema de depresión está viviendo uno o varios conflictos sin solución (aparente) que pueden ser de intensidad baja, media o incluso alta; y el vivirlos a su intensidad completa podría derribar a la persona; Por eso “bajamos” nuestra percepción para que los misiles que nos manda la vida pasen por encima sin un impacto directo.
Por lo tanto si le quitamos a la persona este recurso natural sin que cese el lanzamiento de esos “misiles” puede ser “destruida” la persona. Imagina una olla-express, que cuando llega el punto de máxima presión en vez de ponerle la válvula tapamos la salida… ¿Qué ocurriría? Esta sería una buena metáfora para alguien que está viviendo un conflicto de depresión…
Solución
¿Entonces cuál es la solución desde el inconsciente biológico? La forma como hemos dicho no es quitar el recurso natural que está salvándole la vida a la persona, la forma más rápida y sencilla es explorar, traer al consciente y poner recursos a esos conflictos que dan origen a la necesidad de la depresión. En un porcentaje muy alto bastara con 1 ó 2 sesiones pues la mayoría de estos conflictos ya han sido resueltos en el mundo real, pero el cuerpo “no lo sabe” y sigue viviendo el dolor y la tensión como si estuviera activo.
De esta forma y aunque el recurso biológico siga en nosotros (algo también deseable) no se activa y volvemos a sentir el mundo como seguro para la vida, nuestra vida.
En otras ocasiones la situación ha quedado tan marcada en nuestros hábitos de comportamiento automático que necesitará reeducar esa inteligencia emocional que le permita realizar los cambios deseados.
Como puedes ver parece hasta sencillo, ¿no? Pues como he dicho en otras ocasiones es que lo es. Y lo principal será que la persona habrá pasado de victima a aprendiz en su forma de moverse por la vida. De esto ya te hablare en otro momento.
De nuevo gracias por leerme y estoy a vuestra disposición para cualquier duda en anahyana@anahyana.es o en el 626 32 22 32