Definición de ictus
Medicamente, un ictus se puede definir como un accidente vascular que se produce repentinamente en el cerebro y produce una apoplejía. Se pueden clasificar en dos tipos:
- Ictus Isquémico, cuando se produce por el taponamiento de una arteria.
- Ictus Hemorrágico, cuando es debido a la rotura de un vaso sanguíneo.
Pueden variar de intensidad según el caso y la edad… En muchos de ellos la medicina alopática consigue una recuperación parcial o total del mismo. Las posibles consecuencias son muy variadas, pero principalmente se produce una incapacidad para usar las partes del cuerpo adscritas a la zona afectada…
Suele poderse detectar unos minutos antes con unos simples test de respuesta funcional que todos podemos aprender y que circulan por internet y a ellos remito al lector.
El más famoso de las variantes de los ictus es el ictus cerebral y es en éste en el que me voy a centrar hoy; éste se produce en el sistema circulatorio del cerebro y puede llegar a impedir el funcionamiento de uno de los hemisferios cerebrales hasta incluso la necrosis de las zonas afectadas y el paciente pudiendo perder como decíamos el uso de partes de su cuerpo; brazo, piernas, incluso órganos…
Bien hasta aquí la parte más médica, ahora vamos a explorar que hay emocionalmente detrás del ictus; a qué puede deberse y qué situación puede estar viviendo la persona afectada por un ictus cerebral.
¿A qué puede deberse un ictus?
Estos casos son muy sencillos de explorar: la sangre representa a la familia, las venas se llevan lo sucio lo que nos hace mal de vuelta al corazón y a eliminar; y el corazón nos habla del hogar; si tenemos en cuenta que el accidente vascular se produce en el cerebro entender este síntoma se convierte en sencillo…
Lo que va a estar viviendo una persona con un ictus es una situación de preocupación (cerebro) familiar (sangre) que para él es grave y de la que no consigue encontrar solución ni dejar atrás y va aumentando la tensión y el estrés hasta la ruptura de esas venas y/o vasos sanguíneos…
Bueno, y qué podemos hacer ante esta situación; obviamente lo primero ir al médico, pues si no es tratado con urgencia, el posible trombo puede causar la muerte y el ictus daños irreparables en el tejido cerebral.
Después de ir al médico, hay que procurar que no se repita
Y luego, pasadas esas horas de urgencia ¿qué? Pues lo más gracioso de un ictus es que es un síntoma en fase de reparación, es decir, se produce cuando ya encontramos la solución y el cuerpo se libera (eso significa, según las fases de la enfermedad del doctor Hammer, que no tendríamos que hacer nada pues la propia enfermedad es la solución al conflicto, pero también necesitamos medicación pues esta enfermedad nos puede causar la muerte. Estamos entonces en “vagotonía” que se llama; y aquí aparece el problema, la mayoría de los medicamentos que va a necesitar esta persona son parasimpáticos, lo que significa que van a llevar al cuerpo a la fase de estrés nuevamente, “parasintotonía”, engañando al cuerpo y diciéndole que aún no hemos encontrado la solución al conflicto emocional que dio origen al síntoma físico. Esta es la forma en la que un síntoma se cronifica y hablamos de enfermedad crónica o “para toda la vida”. ) Pero en nuestra mente y en el mundo exterior puede volver a activarse el conflicto si no hemos tomado conciencia de la causa y hemos realizado los cambios necesarios en el mundo real (cambio de conducta).
Por esta razón suelo dar tanta importancia a estas dos etapas de la consulta, pues, la toma de conciencia, sana el cuerpo y el cambio de actitud o coherencia emocional, es lo que hace que el síntoma no vuelva.
Otro día hablaremos con más detalle de las etapas o pasos necesarios para sanar cualquier síntoma.
De nuevo gracias por leerme, y estoy a vuestra disposición para cualquier duda en anahyana@anahyana.es o en el 626 32 22 32