Cuando llevamos tanto tiempo representando otro papel, que ya no sabemos quiénes somos
Hola amigos buenos días hoy quiero hablaros de algo que suele surgir en muchas conferencias, charlas, consultas… La verdad es que es una pauta o pregunta recurrente y quiero que pienses si alguna vez tú has sentido o has pensado exactamente lo mismo.
Me refiero a esa frase que dice; “Antonio me he perdido”, “no sé quién soy”, “me siento perdida y vacía”, “soy infeliz en mi vida” o a esa otra, “es que estaba tan atrapado por mis programas”, “me han pasado tantas cosas malas que ya no sé ni quién soy”, “ya no sé cómo ser yo necesito ayuda…” Encontrarse perdido en la vida, ni más ni menos.
Estoy perdido en mi vida: Cuando dejas de ser tú mismo
Podría seguir poniendo palabras a esas frases que suelo escuchar y que también yo he dicho en alguna ocasión, ahora quiero compartir contigo que estás leyendo, un poco de esa respuesta que yo he encontrado a lo largo de muchos años… a mí igual que supongo que a muchos de vosotros esto que comento me ha pasado, me he sentido que no sabía cómo ser yo, había dejado de ser yo por circunstancias, por perderme en una relación, por hacer lo que otros quería o esperaban de mi, por cumplir las expectativas de los demás…
Durante años he enseñado que había que recuperar, que quitar todas esas capas, soltar todo eso que no eres y sigo estando de acuerdo en que cuando sueltas esas expectativas que no te pertenecen, esas misiones ya sean Transgeneracionales o de Proyecto Sentido (papá, mamá), eso que te pide la pareja, o los amigos que seas, y que aceptamos muchas veces por miedo a la soledad, por miedo a que nos abandonen miedo en definitiva a que no nos quieran, que te recuerdo que es el miedo más antiguo que existe, es el primer miedo biológico que habita en nosotros. Ese no saber quién eres, también te produce ansiedad.
El origen del miedo a ser rechazado
Voy a hacer un pequeño parón y contarte una cosita que no sé si habrás observado: los bebés son preciosos o así lo sentimos, aunque si lo miramos fríamente no siempre un bebé recién nacido es bonito con ese cráneo deformado por el parto, con esos colores, pero para nosotros lo es, ¿verdad?; Igual que los cachorros, un perrito o un gatito… yo no conozco a nadie que no le produzca ternura (salvando patologías) ver un cachorro, cada uno en su elección. ¿Sabes por qué ocurre esto? ¿Te has parado a pensar alguna vez a qué se debe esto? pues es muy sencillo bioquímicamente, todos los bebés de todas las especies segregan hormonas, hormonas para ser queridos, están exudando hormonas constantemente para asegurarse de ser aceptados, pues no están capacitados para mantenerse a sí mismos y necesitan ser queridos y aceptados pese a que no sean aún útiles para la manada. Pues, ¿qué le pasa un cachorro, o a un bebé si no es aceptado y querido? Muere, tenemos el ejemplo en los pajaritos que se caen del nido y el niño lo coge para ayudar y subirlo al nido… Como sabrás su mamá lo rechaza, ya no huele, ya no lleva esa hormona de la misma forma y al ser rechazado muere; Para evitar eso el bebé exuda estas hormonas biológicamente, lo hace para evitar esta circunstancia, para evitar, para resolver ese miedo a ser abandonado, ese miedo a que no lo quieran que ya desde el primer momento biológicamente tenemos, miedo a ser abandonados. Claro cómo no vamos a trasladar, en nuestra etapa adulta ese miedo a nuestras relaciones de pareja, a nuestros padres, amigos e incluso el trabajo, ¿no crees?…
Esto de todas formas creo que lo hablaré con más detalle en otro momento hoy toca volver a continuar con ese, “me he perdido y no sé quién soy”.
Traspasar el miedo a las consecuencias de ser nosotros mismos. Cómo reconducir tu vida
Pues bien, cuando conseguimos traspasar ese miedo a que nos dejen, a que nos abandonen, a quedarnos solos y morir, y empezamos a soltar todo aquello que nos piden los demás que seamos, ocurre algo muy curioso, algo tremendamente hermoso a mi entender, y es que cuando quitas todo lo que no eres, simplemente se muestra lo que eres, por eso para mí no tiene mucho sentido esa frase de “no sé ser yo”, “no sé cómo ser yo”, “no sé quién soy”. No tienes que saberlo, un pájaro solo necesita que le recuerden cómo volar, un pez sabe nadar, tú sabes respirar, tú sabes ser tú, únicamente tienes un problema que estás intentando descubrir mentalmente cómo es ser tú porque sigues queriendo encajar.
Ser nosotros es fácil es muy muy sencillo únicamente tenemos que ser
Y seguro que esto ya me lo habías oído decir en algún vídeo o en algún otro artículo, entonces, ¿para que escribo este artículo hoy? Para ampliarlo, quiero comentarte algo que no recuerdo haber dicho, aunque si he pensado y he aprendido y es que ya eres tú en ese momento en el que estás descubriéndote, eres tú al 100%, cuando estabas atrapado por los programas también eras tú al 100%, cuando te habías olvidado de ti mismo y estabas cubriendo las necesidades y las expectativas de tu pareja, de tus padres eras tú al 100%, siempre somos nosotros al 100%, dentro de ti habitan verdaderamente miles de versiones de ti mismo y todas son correctas, desde todas se puede vivir de forma hermosa y sana, únicamente tenemos que elegir cuál de esas versiones es la adecuada en cada momento: para el bebé y para el niño es adecuado cumplir las expectativas de papá y mamá, para el adolescente es sano dejar de querer cumplirlas y romper esas cadenas incluso llevando la contra de esos aprendizajes que nos han transmitido… Todo eso le hace a uno luego sentirse perdido en la vida.
Cuando te sientas perdido y no sepas qué hacer, piensa que en cada uno de esos momentos eres tú, pues nunca dejamos de ser nosotros, de ser nosotros en esencia, aunque en práctica estemos creciendo, aprendiendo, equivocándonos, acertando… somos nosotros al 100% y como dice otro de los grandes Fidel Delgado: “solo depende de en qué elijamos vibrar, más alto o más bajito”, y de que elijamos ser más fieles a la esencia pura de ese ser 100% tú o adaptarnos y complacer al mundo que nos rodea. Yo personalmente pienso que el equilibrio es la clave, pues si somos 100% nosotros en todo momento, socialmente pagamos el precio de la desadaptación y si somos 100% lo que se espera de nosotros, desaparecemos en la gran masa de energía de intercambio que es la vida cotidiana perdiendo quienes somos nosotros mismos. Por lo tanto, para cada persona, y situación, el porcentaje será distinto y único.
Claro quitarse los programas, las expectativas, los apegos que nos sacan de nuestro camino de baldosas amarillas es correcto y sano; Aunque como hemos dicho siga siendo nuestro camino de baldosas amarillas. Para nuestra mente que no sabe ver el esquema completo y solo ve el parcial, ese estar atrapado en esos programas, en esas misiones de papá y mamá (Proyecto Sentido) es salirse de nosotros y de nuestro destino y no una parada en boches.
Esto para mi deja una clara reseña, en mi vida y un claro aprendizaje que me aporta paz, bienestar y luz a esos momentos difíciles que a veces nos toca vivir y a esas transiciones o transformaciones que en algunas ocasiones aparentan ser unas tareas titánicas… Ese mensaje para mi es claro: Sí, tengo que sanar esto y lo otro, pues ahora ya no me es útil o no me hace feliz, sí, me he dejado atrapar o me he olvidado de mi… y en todos esos momentos seguía siendo yo, aprendiendo, creciendo y caminando. Siempre caminando hacia mí.
Y lo que ocurrió y paso, aunque me doliera en ese momento o lo juzgaba, fue perfecto tal cual fue. Porque soy yo y jamás he tenido ni tendré la oportunidad de dejar de serlo.
Te agradezco mucho que hayas leído estas palabras y te invito a seguir compartiendo con nosotros tanto tus dudas y preguntas como esta información.
Te deseo un día libre en el que sepas que eres tú y eres perfecto y en el que no te sientas solo y perdido.
¿Te preocupa el futuro? - anahyana.es
octubre 22, 2020 a 12:38 pm
[…] Decía Woody Allen aquello de “me interesa bastante el futuro porque es el lugar donde voy a pasar el resto de mi vida”. Nada es más cierto y como tal, es un interés decisivo, de ahí que albergar alguna que otra preocupación es tan comprensible como respetable. Es más, a pesar de que nos convenzan a menudo que lo más importante es centrarnos en el aquí y ahora y en el presente inmediato nunca está de más recordar algo. […]