Hola buenos días, bienvenido a este ratito que vamos a compartir.
¿Por qué nos preocupamos?
Hoy quiero hablarte de un tema que, aunque está muy manido, sigue siendo un caballo de batalla para muchas personas.
Me refiero al tema de preocuparse, del pensamiento catastrofista y la tendencia a mirar el mundo con ojos “pesimistas”. Me he permitido meterlo todo en el “mismo saco” aunque cada uno da para un artículo propio.
Voy a empezar de menos a más; que, en este caso, para mí, es empezar por el pre-ocuparse: este hábito es el responsable o participa en la creación y en nosotros, de la ansiedad y otras muchas patologías. Es el hábito de “ocuparse” de circunstancias que existen en el futuro, es decir, buscar y querer soluciones a preguntas que aún no han sido formuladas.
Por ejemplo, un hombre va a una entrevista de trabajo y, aún antes de llegar, se preocupa por si le darán o no el trabajo. Esto posiblemente lo hemos hecho todos en alguna ocasión y nos ayuda a desarrollar una mejor estrategia y prepararnos para aquello que está por venir. La dificultad aparece cuando esta preparación se mantiene en el tiempo o no sentimos que tengamos la capacitación necesaria para superar la situación. Es, entonces, cuando el nivel de estrés en el cuerpo pasa de adecuando y positivo a un nivel intolerable, a esto se le llama “limite de estrés tolerable” (LST). En esta línea tenemos muchas oportunidades de vivir esto en nuestra vida: relaciones de pareja, enfermedades, proyectos laborales, económicos, los hijos… Y un largo etc.
Posiblemente estés pensando ahora mismo: ¿Por qué pasa eso? Vamos a responderlo, pero lo voy a hacer en el “¿para qué ocurre eso?” Pues en el por qué no habita la respuesta solo nuestro dolor, “el culpable” … En cambio, en el para qué se oculta la motivación inconsciente de esa actitud o comportamiento.
Entonces, ¿para qué nos preocupamos?
La respuesta es sencilla y algunas veces lo sencillo de estas respuestas puede incluso abrumar. Ya hemos dicho que el preocuparse nos ayuda a prepararnos para las situaciones, pero además nos avisa de los conflictos asociados a la situación, de los miedos que guarda nuestro inconsciente. Por ejemplo, imaginemos una persona que tiene que salir de viaje y comienza a preocuparse por si lo tiene todo, por si llegará a tiempo al avión, por si habrá un accidente… Por supuesto hablamos de vivir esta situación de forma excesiva. Esta persona deberá buscar qué situación ha vivido de forma directa o lo han vivido los ancestros de su árbol genealógico en ese sentido, fue un conflicto (peligroso, dramático…) y se guarda en su inconsciente, y deberá aplicar un recurso o solución a ese conflicto para lograr liberarlo y poder, entonces, hacerse cargo de ese hábito de preocuparse, que pretende protegerle o prepararle de ese posible final, que la mente inconsciente espera que ocurra. Recuerda lo que siempre digo: que es necesario resolver el conflicto para que los recursos, las soluciones conscientes y las estrategias se puedan implantar desde la facilidad.
Gracias por leer estas palabras que mi mano y mi ser han ido hilando y que hayan podido aportar un poco de luz a este tema, estoy a tu disposición para que me consultes cualquier duda y dejes tus comentarios.