¿Qué dice la Biodesprogramación sobre la Intolerancia a la Lactosa?
Hola, mi nombre es Antonio López Vivero y soy Coach emocional, especialista, entre otras cosas, en Biodesprogramación y Biodescodificación. El otro día, mientras charlaba con una amiga, me comentaba sobre la cantidad de recetas y preguntas de personas con intolerancia a la lactosa, queso, natas, etc., que recibía.
Y surgió la idea de escribir un pequeño artículo sobre el tema, para orientar en algo esas preguntas, y digo “un poco” porque este tema da para páginas y páginas, y la idea de hoy es sólo una introducción que pueda servir de guía a las personas que están interesadas.
Alergias e intolerancias a nivel inconsciente
Aunque, más adelante, será divida esta exposición en varios tipos de intolerancias, voy a comenzar por la general: la intolerancia a la lactosa. La lactosa, está vinculada, como todo alimento, a nivel del inconsciente a algo en nuestra vida. En este caso, como posiblemente ya hayas escuchado o hayas supuesto tras mis palabras, la lactosa hace referencia a la madre.
Pero antes de empezar a explicarte detalladamente a qué me refiero con eso de que hace referencia a la madre, debo explicarte cómo funcionan las alergias y las intolerancias a nivel de nuestro inconsciente.
Tu inconsciente, esa parte de nuestro cerebro que hemos heredado, que hemos recibido de nuestros ancestros a nivel evolutivo, es esa parte de tu cerebro que se desarrolló en la época en la que estábamos vinculados con los reptiles, los primates, etcétera, por eso solemos llamar al primer cerebro “cerebro arcano o reptiliano”, pues pertenece a esa etapa de la evolución de nuestra especie. Esa parte de tu cerebro está programada para la supervivencia, para la causa y el efecto únicamente y no entiende de nuestro mundo emocional, social, etcétera. De eso se encarga la parte con la que ahora mismo estás leyendo este artículo en el blog. Tu cerebro consciente o neocórtex, ese cerebro que gestiona emociones, que inventa, que construye, que es capaz de pensar, del pensamiento abstracto, etcétera.
En este artículo no quiero extender demasiado esta información sobre los distintos cerebros, si deseas más información te invito a que leas algunas de las otras publicaciones en www.anahyana.es; hoy, no obstante, me voy a centrar únicamente en desarrollar este artículo sobre la intolerancia a la lactosa.
Quiero exponerte un ejemplo con el que entenderás correctamente cómo funciona tu inconsciente respecto a esos alimentos. Vamos a imaginar una situación en la que estás esperando en la calle y se acerca un atracador para robarte. Ese atracador te da un susto tremendo y tú te desmayas, el atracador se va y se acerca a ti un perrito que nada tiene que ver con la situación y solo se ha aproximado a ti para ayudarte, entonces llega tu pareja, a quién estabas esperando, te ve desmayado y esa persona junto a ti que nada tiene que ver con el susto, agresión o robo, pero tu pareja no lo sabe, no tiene la información necesaria para saber, para distinguir que este no es tu agresor, solo ve que alguien te ha agredido. Es muy probable que tu pareja acuse a esta segunda persona de ser el agresor. ¿Lo ves lógico, verdad? Bien, pues esto mismo es lo que ocurre con tu cerebro. Tu cerebro consciente está gestionando, haciéndose cargo de sus cosas cuando de repente tú sufres un Bioshock o impacto de gran estrés, puede ser un susto, un accidente, un shock emocional de cualquier tipo, etcétera, y tu cerebro consciente queda bloqueado por ese impacto intentando gestionar esta situación. Entretanto, ante la necesidad de preservar la supervivencia, aflora tu inconsciente para cumplir con esa supervivencia, buscando cuál es el peligro o el enemigo que te ha dejado en shock; pero, al igual que en el ejemplo anterior, no se debe a una causa-efecto que pueda distinguir este cerebro inconsciente, sino a la causa emocional.
Relación tóxica con Mamá
Vamos a suponer, por ejemplo, que tu pareja acaba de dejarte. Tu inconsciente no entiende que tienes roto el corazón, que lo que te ocurre es que no puedes aceptar la pérdida de esa persona, entonces tú inconsciente va a buscar qué es lo que te ha causado el peligro, atribuyéndole la responsabilidad a algo o alguien que está a tu alrededor. Bien, esto es el genérico de las intolerancias, de las alergias alimenticias y las alergias de cualquier tipo en las que el carácter emocional inconsciente nada tiene que ver con que tu cuerpo rechace ese alimento o esa sustancia… Simplemente es una asociación que tu cuerpo ha hecho entre ese alimento y una emoción. Pues bien, cuándo tenemos intolerancia a la lactosa, la leche está asociada a nivel inconsciente con mamá y esa intolerancia nos habla de que hemos vivido situaciones con mamá que nos han resultado tóxicas ya sea porque mamá nos ha sido tóxica o las emociones que estaba viviendo mamá cuando nosotros estábamos vinculados a ella en el vientre materno o en los primeros meses de nuestra vida eran unas emociones perjudiciales y tóxicas para ella misma y, por lo tanto, para nosotros que las compartíamos.
¿Me he explicado?
Espero que esta explicación haya resultado suficientemente clara. En caso contrario, te invito nuevamente a que leas el artículo más extenso sobre las alergias y las intolerancias.
Vamos a detallar entonces ahora esas intolerancias a la lactosa:
Cuando el bebé tiene una intolerancia a la lactosa desde el momento del nacimiento se suele deber a que la madre ha estado viviendo situaciones perjudiciales a nivel de estrés para el feto mientras estaba en el vientre o que la madre a un nivel inconsciente rechaza a esa criatura. Todo esto obviamente me refiero siempre, siempre, siempre a nivel inconsciente.
Cuando la intolerancia aparece posteriormente al nacimiento suele ser más bien porque la madre en su conducta contigo es tóxica, tal vez demasiado exigente, tal vez te rechaza, tal vez te grita, te riñe, en definitiva, es tóxica para ti.
También tenemos la intolerancia o el rechazo no a la lactosa sino, por ejemplo, al queso o al yogur. Aquí debes tener en cuenta que tanto el queso como el yogur es una transformación de la leche, por lo tanto, a nivel inconsciente, hace referencia a una transformación de la madre. De ahí que existen personas que tienen distintos gustos respecto al queso y a la leche, pudiéndose vivir aquí cualquier tipo de combinación de los mismos: odio la leche y amo el queso, odio el queso y amo la leche, odio el queso y leche, amo la leche y el queso… Según esas combinaciones tendremos ya unas pistas de lo que hay en el inconsciente de la persona, pero tú me dirás: “Antonio, todo esto está muy bien pero, ¿cómo resuelvo mi intolerancia? ¿Qué tengo que hacer? Vamos a ello, esto es bien sencillo. Ya hemos dicho que tu cerebro inconsciente tiene una asociación entre una emoción, entre un recuerdo o una situación, que a partir de ahora llamaremos conflicto, que le es perjudicial y lo ha vinculado, asociado, a un arquetipo; en este caso, la leche. Pues bien, solo hay que ir al recuerdo de nuestro pasado y desvincular esa unión, pues tú sabes perfectamente que la leche no tiene la responsabilidad de que tú tengas una relación con tu madre distinta de la que desearías.
¿Cómo solucionar una intolerancia a la lactosa?
Vale, sí, Antonio, pero ¿cómo se hace eso? Para esto en consulta tenemos una herramienta llamada la “línea de la vida” con la que podemos buscar el recuerdo que nuestro inconsciente ha bloqueado, ya sea cuando éramos pequeños o incluso cuando estábamos en la vida intrauterina dentro del vientre de mamá.
¿Y con eso basta, Antonio? ¿Con esto es suficiente?
Pues sí, si tú inconsciente deja de pensar que la leche está asociada a un peligro dejará de rechazarla y se convertirá en un alimento sano y nutritivo que es para el resto de los seres humanos. Hoy en día si nos fijamos en la leche, hay leche de soja, leche de almendra, leche de cabra… La única diferencia que existe es que no provienen del mismo sitio y que no están asociadas a la cadena de ADN, a la cadena de la creencia generación tras generación de que los niños tienen que tomar leche y se las dan las mamás. La leche de almendras no es leche, es agua de almendras; la leche de soja no es leche, es agua de soja… Si le devolvemos esa desasociación emocional entre la situación vivida y el alimento, para tu inconsciente esto se convierte en algo casi mágico y liberador.
Con todo esto obviamente no estamos juzgando a ninguno de los expertos en los que me baso ni en que las personas que tienen una intolerancia a la lactosa tengan una madre mala. No existe este término “malo”, puede ser, como hemos comentado, que mamá viviera una etapa de estrés y que el niño a nivel inconsciente necesitara protegerse de ese estrés, puede ser que la madre pidiera algo al niño que él no se viera capaz de hacer y las repercusiones le afecten. Existen miles y miles de casuísticas pues cada uno somos distintos y tu inconsciente en ninguno de esos casos está juzgando y diciendo “mamá, eres mala”. Lo inconsciente solo dice aquí hay estrés y necesito protegerme de él.
Bueno, pues ahora te invito a que resuelvas ese conflicto que tengas con el arquetipo de mamá y te liberes para poder seguir disfrutando de las recetas tan maravillosas que mamá nos prepara y que yo estoy deseando practicar en casa.