Hola buenos días, últimamente por todas las cosas que ocurren en los telediarios con tantas historias de desgracias, me estoy encontrando con muchas preguntas, muchas conversaciones en las que está la palabra: no, no, no, no quiero, no puedo, no, no. Quiero explicarte qué ocurre con esta palabra. En nuestro idioma, el castellano, no se ve tan claramente está realidad como en otros, por ejemplo el inglés; pero vamos a hablarlo desde el inconsciente porque nosotros no somos lingüistas; desde el inconsciente sabemos que la palabra no, no existe en el universo, en nuestra mente inconsciente el no, tampoco existe, con lo cual cuando dices por ejemplo: “no a la guerra” ,tú inconsciente solo escucha “guerra”, cuando dices “no quiero otro hombre, otra mujer que me haga daño” nuestro inconsciente solo escucha: “quiero a un hombre o a una mujer que me haga daño”.

Por qué ocurre esto, muy sencillo nuestra mente inconsciente, solo entiende de direcciones, no ausencia de ellas. Es una mente causa-efecto, la parte de nuestro tronco cerebral, ese cerebro que hemos heredado de la evolución de la especie del reptil, del mono, etcétera.

Ese cerebro está diseñado para buscar soluciones. Es el cerebro de la supervivencia: tengo sed, busco agua. Este cerebro si no tienes sed no se va a preocupar por el agua. ¿Un oso se preocupa por las vallas que están en el árbol sin comerse mientras él hiberna? De esa misma forma nuestro cerebro solo va a prestar atención a las cosas que necesitamos; por eso solemos decir que hay que enfocarse en todo aquello que deseas, pues, de otra forma, nuestro cerebro siente una dirección contraria a lo que realmente deseamos. Este cerebro no sabe que hacer, es vuestro cerebro consciente con el que tú me estás leyendo ahora mismo, con el que yo te estoy hablando el que distingue lo bueno de lo malo, el que distingue el bien y el mal; pero ese cerebro no es el que rige tus impulsos. Es el cerebro inconsciente, el tronco cerebral quien rige tus impulsos.

Bien, ahora quiero proponerte un juego. Quiero que durante un día observes lo que dices, observes cuántas veces usas la palabra “no” para describir algo que sí quieres, de esta forma, expresándolo desde el no como tú ya sabes, no generas el impulso que tu mente inconsciente puede darte para conseguir ese objetivo. Todo esto ya lo habrás oído miles de veces. El consciente nos habla de ello. La Ley de la Atracción nos habla de ello. La física cuántica nos habla de ello etcétera, etcétera, etcétera…

Bien, pues ahora que has observado cuantas veces usas la palabra “no” para describir lo que sí quieres, te propongo que empieces a entrenarte, que empieces a acostumbrar a tu cuerpo, que empieces a contarle a la vida lo que sí quieres: “quiero un hombre que me trate bien”, “quiero el sueldo que me merezco”, “quiero vivir una vida llena de amor y plenitud”. De esta forma, con este entrenamiento fácil y sencillo estarás usando los recursos naturales de tu cuerpo, que está a tu disposición. Suena sencillo, ¿verdad? pues a veces no lo es tanto, a veces estamos tan metidos en esta cadena del “no” que nos cuesta parar. Algunas veces este hábito de conducta necesita ser frenado. para esos casos, posiblemente, necesites un acompañamiento terapéutico. Pero ya sea con acompañamiento o no, puedo asegurarte que este cambio de paradigma, este cambio de actitud frente a la vida, frente a los obstáculos, frente a lo que deseas, te va a garantizar el éxito a media que lo practiques. El otro día iba buscando aparcamiento, llegaba tarde e iba pensando “llego tarde, veremos a ver seguro que no hay aparcamiento en la zona, está siempre es muy difícil aparcar…” Entonces observé yo mismo lo que estaba haciendo, llevaba ya varias vueltas a la manzana sin encontrar ese aparcamiento, pare mi miente, respire y simplemente me enfoqué, como os decía antes, foco y siempre foco, pues así es cómo funciona tu mente a través del foco, y me dije a mí mismo: “voy a encontrar un aparcamiento, quiero un aparcamiento porque voy con prisa”.
Automáticamente la vida es así de generosa, y te da todo lo que necesitas, todo lo que le pides. Me ofreció un aparcamiento en la puerta de mi trabajo, los que conocéis mi consulta sabéis lo difícil que es eso jejeje

Esto qué es natural, esto que prácticamente todos los terapeutas y gran parte de la sociedad, ya sabe es algo que nos deberían enseñar, tal vez, en los colegios a la vez que nos enseñan valores en casa papá y mamá deberían enseñarnos esto, a la vez que nos enseñen educación vial y respeto en los colegios, deberían enseñarnos esto… Por el momento aún son pocos los colegios, profes, seños y padres que enseñan esto a sus hijos. Yo te quiero invitar a que empieces a cambiar esto y como con todo cambio es necesario empezar en uno mismo, quiero que empieces a usar el manual de usuario de tu cuerpo de tu cerebro y que uses las herramientas y recursos que tienes en tu día a día. Quiero invitarte a que traigas el mundo con el que sueñas para que dejes de soñar y empieces a vivirlo.

Te voy a contar otro ejemplo con el que pueda explicarte, con el que puedes entender este funcionamiento del cerebro, este funcionamiento de tu cuerpo. Quiero que pienses en un inventor o un fabricante. Vamos a colocarnos en el lugar de un fabricante de lámparas. Ese fabricante de lámparas va a construir un nuevo diseño de lámpara, para construirlo, para poder llevarlo a tu casa, ese fabricante lo primero que tiene que hacer es imaginarlo, tener la idea: una vez que lo ha imaginado se acercará a su equipo y les dirá al diseñador, al ingeniero: “oye quiero una lámpara de esta forma, quiero que haga esto, que haga lo otro y que sea de tal forma”. Este fabricante está proyectando y su equipo de ingenieros (tu cerebro) va a hacer los planos para definir el proyecto, las necesidades los pasos que son necesarios dar para completar la etapa de proyección. Una vez que está estructurado todo el proyecto, el jefe vuelve a reunirse con ellos y se pueden plantear incluso modificaciones. Cuando esta completada esta etapa de diseño se pasa a la etapa de fabricación. Se piden los materiales y aparece la energía de creación por medio de la maquinaria, del técnico que la pone en práctica y del trabajo diario. Cuando el prototipo está hecho el jefe vuelve a reunirse y observa el prototipo, se reúne con el ingeniero, se reúne con el técnico y evalúan el resultado. Es la fase de control de calidad: me gusta lo que hemos hecho, no me gusta, cumple con las expectativas… De no ser así qué tenemos que hacer para poder resolverlo y cumplir con las necesidades que nos habíamos proyectado, qué pasos hemos dado incorrectamente y debemos rehacer etcétera. En caso de que sí esté completado el proceso ese artículo, puede comenzar a fabricarse en masa, podemos empezar a llevarlo a todas las casas, a todos los aspectos de nuestra vida este nuevo hábito, este recurso, esta nueva realidad.

Estos son los mecanismos internos de tu cerebro, este es el funcionamiento de tu mente y el diálogo entre las distintas partes de ella. Primero imaginas lo que quieres, luego lo planificas, lo proyectas, comienzas a llevarlo a cabo, modificas aquello que no sea adecuado para el objetivo final y, por fin, cuando está preparado lo llevas a todos los aspectos de tu vida. ¿Por qué no comenzar a aplicarlo conscientemente?
Yo me apunto a la cadena del sí. Yo elijo vivir diciendo sí a todo porque los demás, tus seres queridos, la vida no tienen una bola de cristal. Imagínate: vamos a hablar ahora un poco de relaciones interpersonales imagínate que vas a un restaurante y te dice el camarero lo que hay en el menú y tú le dices, no quiero las lentejas el camarero se quedaría mirándote esperando que es lo que si quieres, pasado el tiempo, y puesto que el camarero no entiende el no te pondría lo único por lo que el cliente ha mostrado interés que son las lentejas, pues a falta de otra cosa por la que muestre interés voy a ponerle lentejas…

Cuéntame en este artículo a qué le dices no y como has cambiado esa frase, esa proyección y has empezado a decirle sí me encantará escuchar ese cambio y sentir que esto que hago que esto que comparto sirve y tiene sentido para tí gracias por leerme.