La dependencia emocional es un patrón permanente de necesidades emocionales propias que no hemos satisfecho y que intentamos cubrir con las personas de nuestro entorno. Para los demás, se aprecia como hay una necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra. La dependencia emocional en la pareja es la más común pero no es la única, también se da este caso en relaciones con los hijos, con los padres, e incluso con amigos.
Hay un grupo de personas que tiene tendencia a esta situación, sin embargo en los últimos tiempos se ha observado como esta problemática se da durante la adolescencia e inicio de la juventud, ya que es el momento en el que empezamos las relaciones de pareja y estamos condicionados por los “conceptos románticos”, por lo que hay más posibilidades de que se de una entrega excesiva y se produzca una dependencia en la relación.
Al igual que en otras dependencias, como en la adicción a sustancias estupefacientes, la dependencia emocional opera mediante mecanismos de refuerzo positivo, que acaba generando dependencia psicológica en el sujeto. La dependencia emocional afecta por igual a mujeres y hombres, aunque se observa ligeramente un aumento en el caso de las féminas. La diferencia más evidente entre los géneros es la forma de enfrentarse a la situación: los hombres suelen reaccionar de manera más negativa y agresiva, mientras que las mujeres recurren al autoengaño y la manipulación en algunos casos.
Las personas dependientes emocionales suelen buscar parejas con un tendencia dominante, egocéntricas, soberbias, posesivas, autoritarias… En muchos casos el dependiente ha sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de otras parejas o familiares. No es extraño que estas personas idealicen a su pareja como alguien perfecto a quien no merecen.
Hay casos en los que la persona afectada reconoce que se encuentra en una situación de sumisión o maltrato, pero no es capaz de salir de la situación por la misma dependencia psicológica que siente a su pareja, como si se tratara de una sustancia adictiva.
El perfil de las personas que acaban siendo emocionalmente dependientes es bastante común. Se trata de personas con el autoestima baja que han normalizado una situación de sumisión o maltrato, bien por haberlas sufrido, o por haberlas vivido en situaciones familiares. Para solucionar este problema hay que tratar a la persona y descubrir el origen por el cual acepta ese papel en sus relaciones. Una vez que sepamos el punto de partida, podremos empezar a tratar el problema para que no vuelva a repetirse.